Aceptación

En ocasiones, la amargura se apodera de nosotros por no saber afrontar los hechos, por no saber aceptarlos. Hay que saber aceptar un no, un rechazo, un ha salido mal, un "no quiero más". Es mucho más sano que vivir atormentándote en lo que podrías haber hecho,o no, se podría haber dicho, o callado. Reviviendo escenas, torturándote, lastimándote, y tapándote los ojos a todo lo demás. En ocasiones, es mejor dejar de insistir, dejar de recordar, no sentir culpabilidad. En lugar de ello, aprender de la experiencia, y llevarte una lección y lo positivo de la situación. Al final, tus ganas de superarte de buscar la felicidad, te llevarán a tomar decisiones y esto resultará anecdótico. Al final, siempre todo es por algo, y la perspectiva del tiempo te hará decir cosas como : "cuánta lágrima sin motivo, cuánta tristeza y desazón, y todo para qué, para al final continuar con mi vida por otro camino".

Todo lo que hagas, hazlo con amor, hasta la aceptación del no, no te hagas más daño del que te cause la situación.

Ergo breue praeceptum tibi praecipitur, dilige, et quod uis fac: siue taceas, dilectione taceas; siue clames, dilectione clames; siue emendes, dilectione emendes; siue parcas, dilectione parcas: radix sit intus dilectionis, non potest de ista radice nisi bonum existere. Entonces, un precepto breve: Ama y haz lo que quieras; si te callas, hazlo por amor; si gritas, también hazlo por amor; si corriges, también por amor; si te abstienes, por amor. Que la raíz de amor esté dentro de ti y nada puede salir sino lo que es bueno

Que viva lo bonito......