Poner remedio antes de la enfermedad, ese gran error.
Buenos días,
Por empezar de alguna forma, ya que no se me ocurre una mejor. He estado un tiempo sin escribir, y no por falta de emociones o de vivencias. Pues, ese no ha sido el caso, ya que en el trasncurso de estos meses, he cambiado de trabajo y me he reencontrado con gente maravillosa que ha aportado una chispa en mi vida, y otros que han deciddo irse a dar un voltio para "descansar". (tranquilos que yo y ellos nos entendemos).
Me he pasado algún tiempo queriendo escribir un blog, pero esto es como todo lo que se pone de moda, que lo saturamos. Y al final, todos son iguales, y yo me he parado a pensar en qué es lo que me hace a mí diferente de los demás: "Mi espontaneidad". Y ya no es que lo diga yo, es que creo que esa es la primera palabra con la que cualquiera puede definirme, la siguiente sería osadía. Pero bueno, no es a lo que voy en este post, después de unos meses sin escribir, y haciéndolo ahora con ganas, como todas las cosas buenas en la vida. Puedo decir que, mi blog es como yo, por que sí, por que me apetece y por que es puro sentimiento, que no hago duros, pues no pero eso no es lo más importante.
Y en eso resumo mis últimos meses, que he hecho las cosas con ganas, por ejemplo, me he cambiado de trabajo por que no me sentía completamente realizada y necesitaba nuevos estímulos y retos..... Y he bailado, bebido, comido, reído, salido de fiesta y conocido a gente, todo con ganas, con muchas ganas de vivir. Y es que, parece una cosa logíca y básica pero a veces, se nos olvida hacer las cosas con ganas. Por que actuamos como creemos que debemos, o como la sociedad nos arrastra, pero ni todo tiene por que ser llevar una vida hispter alternativa, ni con 26 empezar a pensar en coche, casa, perro y niños. Perdonad, pero a mí eso a día de hoy me parece una opción con tintes monótonos y conformistas. A pesar de tener la manía de querer controlar las lluvias y los mares, también hay un hueco para lo impredecible dentro de mi corazón de poeta y artista.
Ahora mismo, reflexiono sobre las cosas que no hacemos por miedo a que nos duelan y a que nos lastimen, como si tuviesemos que ir forrados de "porexpán" por la vida para que no nos rompan el corazón ni los huesos. Como esas madres sobreprotectoras, que si por ellas fuera con 30 años te seguían llevando en carrito por que es que si te dejan en el suelo te puedes "caer de culo" o dar un coscorrón. Pues, explíqueme usted, que si mi madre no me hubiera dejado correr sola, coger cosas del suelo, jugar con animales, ahora sería un ser débil y dependiente. Mal, muy mal, pues con los sentimientos pasa lo mismo y no se que es peor, que te protejan con una negativa o que se protejan de la responsabilidad de tus lágrimas. Pérdoname, pero yo decido enfrentarme a los males de amores, a las caídas y coscorrones emocionales, a que me rompan el corazón y que me lo junten de nuevo. Yo, como he dicho en otros posts, decido vivir intensamente, por que me gusta morir de amor y de desamor. Y es verdad, que es angustioso en algunas ocasiones pero siento que vivo de verdad con todos los poros de mi piel. Por que soy una enamorada de la vida que dramatiza todo a veces, y que la encanta hollywoodizar sus experiencias vitales. Asi que olvidad aquellos que pensáis que es mejor poner una tirita antes de la herida, y dejad el corazón al aire, que alivia rascarse las heridas cuando pican. Y que me quiten lo bailao, como folclórica del amor que soy .